Silvia Rocío Delgado García, quien formó parte del equipo legal de Joaquín “El Chapo” Guzmán, acaba de ser elegida como jueza penal del Distrito 5 en Ciudad Juárez, Chihuahua, tras la Elección Judicial del 1 de junio. Obtuvo 23 605 votos, ubicándose en segundo lugar dentro de los 49 puestos disponibles en su distrito.
A pesar de no ser la más votada, la cifra fue suficiente para proclamarse como “jueza virtual” —queda en lista de espera, a la espera de recibir su constancia oficial y solventar posibles impugnaciones por parte de organizaciones civiles como Defensorxs. Esta ONG incluso impulsó un juicio de ineligibilidad, argumentando que Delgado es “alto riesgo” por sus presuntos vínculos con el crimen organizado.
Perfil profesional
Egresada de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), con maestría en la Universidad de Durango y especialidad en mediación por el Tribunal Superior de Justicia de Chihuahua.
Con 18 años de trayectoria como abogada penal, memoró haber defendido a “El Chapo” en una audiencia en 2016, cuando fue trasladado a Ciudad Juárez antes de su extradición.
Defensora de su experiencia profesional, sostiene que brindar defensa técnica es un derecho básico, rechazando que ello implique vínculos con lo criminal .
⚠️ Contexto y controversia
La elección se realiza en el marco de la Reforma Judicial de 2024, impulsada por Morena y el presidente López Obrador, que busca combatir la corrupción permitiendo la elección directa de jueces por la ciudadanía. Sin embargo, la participación fue baja: apenas un 13 % del electorado participó.
Analistas y organizaciones como Defensorxs han advertido sobre:
Posible politicización de la justicia, con un Poder Judicial muy alineado a Morena.
Riesgo de influencia del crimen organizado, al permitir que ex defensores de narcos puedan ocupar cargos judiciales.
El escaso control sobre la idoneidad de los candidatos: según Reuters, se han presentado alrededor de 20 denuncias por incumplir requisitos de “buena reputación” ante el INE .
Declaraciones destacadas
Delgado García ha defendido su papel profesional:
“Cualquier persona tiene derecho a una defensa técnica adecuada”.
“Si a mí me dan un cliente de esa magnitud, sabía que curricularmente me beneficiaría”.
Rechaza que su trabajo con “El Chapo” represente un estigma y enfatiza su compromiso con la imparcialidad