Las autoridades estadounidenses y mexicanas comenzaron el 8 de septiembre con una inspección en Chihuahua para evaluar las acciones implementadas contra el gusano barrenador del ganado (GBG).
Esta verificación se hace en colaboración entre el APHIS (Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal de los EE. UU.), el Senasica, la DGIF y autoridades estatales, con el objetivo de reabrir las fronteras para la exportación de ganado vivo hacia ese país.
Algunas de las acciones verificadas en Chihuahua incluyen:
Inspección de corrales de exportación y centros de movilización del ganado.
Evaluación de los mecanismos de trazabilidad del ganado.
Revisión del sistema de trampeo instalado desde agosto, que actualmente tiene 422 trampas operando en la entidad.
Controles para impedir la llegada de animales de zonas afectadas, así como supervisión de corrales que reciben reses de estados vecinos, como Durango.
Según Juan Carlos Flores Márquez, jefe de Ganadería de la Secretaría de Desarrollo Rural de Chihuahua, en la evaluación preliminar no se han detectado riesgos significativos, aunque se emitieron recomendaciones menores.
En paralelo, en Sonora se lleva a cabo otra inspección que comenzó el 9 de septiembre y terminará el 12 de septiembre. Esta se enfoca en Ciudad Obregón y abarca la movilización de bovinos en la zona limítrofe con Sinaloa, además de revisiones documentales y de los puntos de control de entrada y salida.
También se examinarán oficinas del Sistema de Identificación Individual de Ganado (Siiniga), el Registro Electrónico de Movilización (Reemo) y las cuarentenarias de Los Charcos y Escalón, en Chihuahua.
El resultado de estas inspecciones será determinante para que las autoridades estadounidenses decidan si reabren completamente la frontera al ganado mexicano.