El pasado 20 de mayo, la maestra Lucero Zapién Urbina, de 46 años, fue encontrada sin vida en su domicilio ubicado en la colonia Infonavit Minero, en Parral, Chihuahua. El cuerpo presentaba signos de estrangulamiento, traumatismo craneoencefálico y una herida punzocortante en el cuello. La Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género y la Familia (FEM) confirmó que la causa de muerte fue traumatismo craneoencefálico.
El principal sospechoso es su exesposo, Gustavo Alonso N., director de una primaria en el municipio de Jiménez. Una semana antes del crimen, Lucero había denunciado a Gustavo por agresiones físicas y psicológicas, incluyendo un intento de prenderle fuego tras rociarla con gasolina. A pesar de la gravedad de los hechos, el presunto agresor fue vinculado a proceso penal sin que se dictara prisión preventiva, por lo que permanecía en libertad condicional.
Cámaras de seguridad captaron el vehículo de Gustavo Alonso en el domicilio de Lucero durante la noche del 20 de mayo, donde permaneció aproximadamente dos horas. Tras el homicidio, el sospechoso dejó de presentarse a trabajar en la primaria que dirigía. La Fiscalía de Chihuahua ha emitido una orden de aprehensión y trabaja en localizar al probable responsable para ponerlo a disposición del tribunal.
Este caso ha generado indignación en la comunidad y ha sido señalado como un ejemplo de la falta de protección efectiva para las mujeres que denuncian violencia de género. Colectivos feministas han exigido justicia y una revisión de los protocolos de atención a víctimas para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.