El ingeniero y exdiputado federal, Salvador Alcántar Ortega, levantó una controversia tras afirmar que México no debería pagar agua a Estados Unidos, debido a la ambigüedad presente en el Tratado Internacional de Aguas de 1944. Alcántar sostuvo que la obligación mexicana no debe interpretarse como un pago puro, sino como parte de un acuerdo destinado al manejo del recurso hídrico compartido.
El Tratado de 1944 establece compromisos binacionales: México debe enviar 350,000 acre-pies de agua del Río Bravo a EE. UU. cada año, mientras que EE. UU. entrega al país 1,500,000 acre-pies del Río Colorado. Estos acuerdos pueden ajustarse a través de un sistema de “minutas” que permiten adaptaciones flexibles a las condiciones reales.
Alcántar advirtió que plantear este tema en una consulta popular podría resultar contraproducente, especialmente si la población no cuenta con información técnica adecuada o si se distorsionan términos legales clave del tratado. Asimismo, su preocupación radica en evitar decisiones apresuradas basadas en percepciones más emocionales que jurídicas.